Los andamios son una herramienta fundamental en las obras. De su correcto armado dependerá la vida de los trabajadores que los empleen. Sin embargo, en muchas ocasiones no se advierte su importancia por cuestiones económicas o de mera negligencia.
Según datos proporcionados por la SRT (Superintendencia de riesgos del trabajo), las muertes causadas por fallas en los andamios representa el 33% (la más alta) del total de los siniestros laborales. Los accidentes más comunes en andamios son: caídas (por falta de barandas o pasamanos y de protección personal), accesos inseguros (escaleras mal instaladas), electrocución (contacto con el andamio), golpes de objetos que caen o componentes del andamio que caen mientras se arman o desarman.
“Hay empresas que cumplen con las normativas de ensamblaje, pero no la mayoría porque no pueden asegurar la continuidad de las obras y por eso deciden no invertir en algo que quizás no utilicen hasta mucho tiempo después”, asegura el arquitecto Oscar Suárez, especialista en Higiene y Seguridad en la Construcción.
Un factor determinante para evitar estas situaciones será la capacitación que reciban los obreros sobre los riesgos asociados a ese tipo de trabajo y los procedimientos para controlarlos o minimizarlos. Suárez atribuye esta tarea de enseñanza al Jefe de Seguridad de la obra.
Las plataformas de andamios se clasifican en tres categorías: Colgantes que implican el uso de silletas.
Fijos que son los más típicos.
Móviles que tienen ruedas en la base o están sobre un vehículo.
Todos ellos deben ser diseñados por personal calificado y deben ser ensamblados y utilizados de acuerdo a las cargas contempladas en el diseño. El primer paso es inspeccionar el lugar de trabajo para determinar la condición del suelo, las cargas de trabajo, el peso del andamio, la proximidad de cables eléctricos, las obstrucciones y las condiciones del viento.
La legislación argentina solicita para el armado de andamios una hoja de cálculo pasando los seis metros de altura (decreto 911/96) que debe contener las características técnicas del material, hipótesis de cálculo, cálculo, peso propio y sobrecarga de uso.
Los alquileres oscilan entre los 30 y 40 pesos semanales por módulo (esqueleto de 1,80 m por 2,50 m aproximadamente), los tablones y las ruedas entre 20 y 30 pesos y las barandas entre los 25 y 30. Los descuentos por quincena y mes suelen llegar a un 50 %.
Las empresas y operarios cuya actividad no es la del montaje de andamios suele cometer errores gruesos en el montaje, por ejemplo, andamios armados con crucetas (diagonal que asegura la rigidez del andamio) de ambos lados, en lugar de crucetas y largueros (aseguran la base), perdiendo estabilidad, según afirma el arquitecto Juan Carlos Caruso especialista en el tema.
El personal que trabaja a partir de dos metros de altura está obligado a utilizar el arnés, además del resto del equipo de protección (casco de polietileno, botas de seguridad con punta reforzada y suela antideslizante, guantes y ropa de trabajo). Adicionalmente, se debe instalar rodapiés o coberturas (zócalos) y redes horizontales flexibles (de fibra o metálicas) que detengan tanto a objetos como operarios. ”Las redes con mediasombras no alcanzan”, acota Suárez.
Las claves
Armado: Completar cada tramo totalmente antes de ascender al siguiente, tener especial cuidado en los amarres a la estructura, que son la garantía más común de estabilidad del andamio frente al vuelco. Asegurar el apriete o encastre de los elementos de unión.
Largueros: Su ausencia compromete gravemente la seguridad del andamio. Sin embargo, es un error habitual retirarlos porque pueden interferir la ejecución de algún trabajo.
Plataformas: Deben estar equipadas con barandas definitivas y con rodapiés para evitar caídas de operarios o de objetos.
Crucetas: Aseguran la rigidez del andamio y deben estar dispuestas según recomendación del fabricante.
Este ultimo es una muestra de lo que no hay que hacer !!
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