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martes, 4 de febrero de 2014

LA CASA CITROHAN Y LOS «CINCO PUNTOS PARA UNA ARQUITECTURA NUEVA»



Por Gonzalo Torcal, arq.

Uno de los aspectos en común más evidentes, más allá de lo puramente biográfico, entre Le Corbusier y Mies van der Rohe es la obstinada insistencia con que ambos revisan una y otra vez un mismo proyecto. La casa Citrohan es un buen ejemplo. Proyectada inicialmente en 1920, LC retomará el proyecto en numerosas ocasiones, llegando a construir diversas variantes a lo largo de toda la década. Por eso la vivienda nos ofrece una excelente perspectiva de un período decisivo durante el cual LC está gestando sus famosos «Cinco puntos para una Arquitectura Nueva». 

El proyecto original posee un carácter muy próximo al de un manifiesto. LC, impresionado por los avances de la industria, proyecta una vivienda que pueda construirse en serie, ofreciendo una solución al creciente problema del alojamiento (la casa se llama Citrohan en clara referencia a los automóviles Citröen). Para ello se apoya en la estructura a base de soportes y forjados estandarizados de hormigón armado, que ya defendiese en 1914 con su propuesta de casas Dom-ino. Sin embargo, para no cerrarse ninguna puerta, el arquitecto plantea, en este proyecto inicial, la posibilidad de construir la vivienda empleando muros de carga que podrían ser «de piedra, ladrillo o de aglomerados trabajados por cualquier obrero del lugar». A diferencia de algunas de las versiones posteriores, de programa más reducido, la casa proyectada en 1920 está destinada a una familia burguesa relativamente acomodada. Desarrollada en tres niveles, la vivienda cuenta ya con muchos de los elementos que caracterizarán su producción posterior. Entre ellos destacan la presencia del espacio en doble altura del salón y, sobre todo, la aparición del terrado. Precisamente este último dará lugar al segundo de los conocidos «Cinco puntos»: el empleo de la cubierta-jardín, con la que LC aprovecha la posibilidad de ejecutar e impermeabilizar una cubierta plana para proponer un nuevo espacio, a medio camino entre el interior y el exterior, en unas viviendas cuyo tamaño es cada vez más ajustado. 

Tan solo unos meses más tarde, ya en 1921, y sin haber tenido aún la oportunidad de construir la vivienda, LC somete el proyecto a una primera revisión. La segunda versión de la casa Citrohan alcanza un elevado grado de madurez, tanto formal como constructiva, y sorprende por cuanto se adelanta de manera evidente, no ya al resto de sus coetáneos, sino a sus propios proyectos. 

LC opta definitivamente por el sistema de soportes y forjados modulares de hormigón armado, lo que le permite elevar la vivienda sobre los famosos pilotis, el primero de sus «Cinco puntos». La vivienda elevada sobre soportes evita esos locales «oscuros y con frecuencia húmedos» en contacto con el terreno, al tiempo que permite al jardín pasar bajo la casa. Si en las primeras versiones construidas, en Lège y Pessac, LC aún sitúa la vivienda en contacto directo con el suelo, en 1927, tras los tímidos ensayos de las casas Cook y La Roche, se atreve a llevar a la práctica sus teorías más radicales en la vivienda unifamiliar proyectada para la Colonia Weissenhof de Stuttgart. 

Hasta aquí la Casa Citrohan ha servido a LC como terreno de ensayo para los dos primeros de sus «Cinco puntos». El tercero, la planta libre, está también presente en las diferentes versiones de la casa, aunque de manera más tímida. Eximido de las ataduras que supone la construcción con muros de carga, el arquitecto proyecta las diferentes plantas de la vivienda con total independencia entre sí. También el ritmo alterno (ABAB) de forjados grandes y pequeños colabora en este sentido. No obstante, la casa Citrohan no llega a ilustrar el concepto de planta libre de una manera tan clara como algunas de sus obras posteriores , Villa Savoye entre ellas. 

Los dos últimos de los «Cinco puntos» están tan relacionados entre sí que podrían perfectamente reducirse a uno. Nuevamente es el uso de una estructura de soportes y vigas lo que permite a LC proponer la utilización de lo que denomina fachada libre, el quinto punto. Al no tener que asumir una función estructural, la fachada puede concebirse como una membrana de elementos aislantes o de vidrio, reduciendo su función a la de simple cerramiento. La ventana en anchura, cuarto punto, debería considerarse como una de las múltiples posibilidades ofrecidas por la fachada libre. 

Mientras en los proyectos de 1920 y 1921 LC propone la concentración de «fuentes luminosas» en un único gran vano situado en la fachada principal de la vivienda, y en las versiones construidas en Lège y Pessac aparecen sus famosas ventanas corridas, en la última de las versiones construidas de la casa, la de Stuttgart, ya mezcla ambos elementos con destreza, aunque sin alcanzar el nivel de la Villa Stein, realizada también en 1927. 

Financiadas por el industrial azucarero Henri Frugès, las experiencias de los barrios obreros de Lège y Pessac, en Burdeos, resultaron un desastre económico, impidiendo el éxito de la propuesta habitacional de LC. Ni la capacidad técnica de la empresa constructora en lo referente a la ejecución del hormigón armado, ni los conocimientos de LC en esta materia hicieron posible alcanzar el resultado deseado, aunque el tiempo terminaría por dar la razón a su propuesta constructiva. 

Más allá de sus maneras panfletarias o del hecho indudable de que se puede hacer arquitectura moderna sin recurrir a ellos, los famosos «Cinco puntos» son toda una prueba de la excepcional intuición de LC como arquitecto. Suponen la exposición sistemática de las nuevas posibilidades espaciales y compositivas de la construcción con estructura de hormigón, que sus antecesores más inmediatos –como Perret, o sus contemporáneos en estos primeros momentos del Movimiento Moderno– no supieron explorar, anclados como estaban a esquemas compositivos y espaciales de la arquitectura tradicional. 

Las diversas mutaciones experimentadas por la Casa Citrohan resumen el camino teórico que el arquitecto recorre a toda velocidad en estos inicios de la década y que sintetizará con el enunciado de sus «Cinco Puntos». Considerada como una obra menor, la casa Citrohan, con su marcado carácter modular, también está en la base de posteriores propuestas aún más ambiciosas, como la de los Inmuebles-villa. Poco a poco el arquitecto irá reuniendo todos los elementos necesarios para ofrecer una propuesta más rigurosa al problema del alojamiento: vivienda modular de programa cada vez más reducido, presencia de un espacio en doble altura y los pilotis para elevar la vivienda. Bastará que LC entre en contacto, a partir de 1928, con la vanguardia soviética en Moscú, donde conocerá de primera mano las casas comunes de Ginzburg y Milinis o de Barsc y Vladimirov, para que estén a su alcance todos los ingredientes de su más destacada propuesta residencial: la Unidad de Habitación.




domingo, 18 de septiembre de 2011

Ronchamp / Le Corbusier



Arquitecto: Le Corbusier
Ubicación: Ronchamp, Haute-Saone, Francia
Año: 1954

En la comuna de Ronchamp, al sureste de Paris, se encuentra uno de los proyectos más inusuales del arquitecto Le Corbusier, la Iglesia Notre Dame du Ronchamp, mejor conocida como Ronchamp. El encargo nace hacia 1950, cuando luego de la Segunda Guerra Mundial, la iglesia de la comuna, había sido destruida. Así, iniciando la reconstrucción, Le Coribusier es designado para proponer una nueva iglesia Católica.


Los alrededores de Ronchamp, han sido por años, un lugar de peregrinación profundamente arraigado en la tradición católica. No obstante, luego de la guerra, se decide crear una iglesia que reinventa el espacio sagrado, dejándolo libre de detalles extravagantes y figuras religiosas. Le Corbusier crea una estética moderna que trabaja el edificio como un verdadero objeto escultórico. La Iglesia, es actualmente, uno de los trabajos más importantes de su carrera.



Al diseñar Ronchamp, Le Corbusier genera un volumen orgánico de paredes blancas, acercándose al aspecto etéreo de la arquitectura moderna. Con el ingreso de la luz, las pequeñas ventanas de color, cambian inmediatamente el interior del espacio, dotándolo de vida y simbolismo.



Ronchamp se encuentra en un terreno boscoso, alejado del resto de la comuna. La capilla es colocada sobre la cima de una colina, como un verdadero pedestal. Una referencia para los peregrinos.



En esta obra, Le Corbusier le otorga una especial importancia a los muros del edificio, pues son ellos los que le dan el carácter escultórico a la obra. Las paredes gruesas, y de suave curvatura, son construidas mediante hormigón y mampostería. Con un sistema constructivo relativamente simple, el arquitecto aprovecha el diseño, estructural, estética y funcionalmente. Las altas paredes, actúan como amplificadores acústicos, que proyectan el sonido hacia todo el lugar.



Uno de los aspectos más llamativos de la Iglesia, es el cielo curvo. El techo parece flotar sobre el edificio, apoyándose en columnas incrustadas en los muros, creando una brecha de 10 cm entre el techo y las paredes. El techo es quizás la única señal de alguna influencia de los avances mecánicos, simulando las curvas del ala de un avión. Aerodinámica en el diseño, todas sus cualidades enormes y pesadas, aparecen sin peso ante la mirada del espectador



Otro aspecto importante en el diseño de esta obra, son las esporádicas ventanas que perforan los muros. Las perforaciones son profundas, y con un ángulo que permite que la luz entre de forma directa. Cada ventana ilumina de forma distinta debido a su tamaño, posición en el muro y color del vidrio. La luz ingresa creando un patrón moteado, similar a lo que ocurre cuando se miran las estrellas. Gran parte de la iluminación del recinto, no se genera gracias a estas ventanas, si no a la separación de 10 cm entre el techo y el muro.



Desde el exterior, la Iglesia destaca por sus formas curvas que se asemejan quizás al paisaje, en el interior en cambio, la forma pierde protagonismo y es la luz el elemento que da sentido al espacio. Este edificio, es sin duda, uno de los más interesantes del siglo XX en la carrera de Le Corbusier.


















miércoles, 4 de mayo de 2011

LE CORBUSIER. LA UNIDAD DE HABITACIÓN EN MARSELLA

UNITÉ D`HABITATION. 1946-1952. BOULEVARD MICHELET de MARSELLA, FRANCIA. LE CORBUSIER.



d07-Unidad de Habitación de Marsella (1946-52) (Le Corbusier

Arquitectura H - Artículos - Los caminos de Le Corbusier - La Unidad Habitacional de Marsella
El edificio es un paralepípedo de grandes dimensiones y líneas simplificadas. La planta es rectangular y el alzado presenta las siguientes características: se apoya sobre unos soportes, que lo elevan del suelo; tiene una altura de 18 pisos, la fachada perforada por vanos y la cubierta en terraza.

Se trata de un bloque de 137,10m de longitud por 24,42m de anchura y 56,87 m de altura. La planta baja la forman dos hileras de soportes de hormigón, que dejan el espacio libre para el tráfico de vehículos y el acceso al vestíbulo, mientras en su interior están las tuberías de saneamiento y encima la instalación para calefacción y energía.

Tiene 18 niveles en los que se distribuyen 337 duplex; éstos tienen la profundidad de todo el cuerpo del edificio y se abren a las fachadas con profundas galerías que sirven de terrazas y de protección contra el sol de verano. Hay 23 tipos diferentes de pisos, desde el apartamento
unipersonal de 32,5 metros cuadrados hasta el familiar para 8 personas de 137.



Siete corredores interiores en el eje longitudinal, dan acceso a las viviendas, dispuestas en parejas que se acoplan, y a los servicios comunes situados en los pisos 7º y 8º (tiendas, oficina de correos, centro comunitario, lavandería,...).

En la azotea, de la que sobresale un cuerpo central con la maquinaria del ascensor, hay una gran pista con piscina, gimnasio, teatro, guardería y otras instalaciones, diseñadas para convertir el edificio en una entidad social autosuficiente.

El material es el hormigón armado, ya que sólo este material permitía las dimensiones y las formas del edificio. El muro no tiene papel sustentante, sino que es tan solo de cerramiento: muro cortina. Los vanos de las fachadas son horizontales, pero son diferentes entre sí. Los soportes donde se apoya el edificio son dos hileras de gruesos pilotes de hormigón.

La decoración está ausente, dominan las líneas ortogonales, de estética abstracta que vemos en los rectángulos claros y oscuros de los vanos de las fachadas. Se ha utilizado, sin embargo, el color fuerte y contrastado, en el interior de las galerías.



Esta obra fue encargada al arquitecto por el Ministerio de Reconstrucción francés después de la 2ª Guerra Mundial. Con esta obra Le Corbusier pudo materializar al fin su viejo sueño de hacer un edificio compacto para vivienda colectiva. Esta vivienda es de una gran audacia arquitectónica: está inspirada en el diseño compacto de los trasatlánticos, es también una colmena utópica, un lugar concebido para hacer la vida más eficiente, solidaria y racional. También responde a los cinco puntos de su ideario: utilización de pilotes, techo-jardín, planta libre, grandes ventanales y fachada de composición variada.

A este experimento siguieron otros cinco similares, pero en ellos ya los propietarios suprimieron los servicios comunes reduciendo el edificio a un bloque de viviendas.

La Unidad de Habitación responde a diversas teorías, las del Socialismo Utópico del siglo XIX, de Fourier y Owen, de un tipo de vida comunitario que interesó mucho a Le Corbusier y que aparece reiteradamente en sus obras escritas. También a las ideas sobre las nuevas bases sobre construcción de viviendas del siglo XX; la adopción del rascacielos en Europa está ligada a la reordenación de la estructura
urbana, otro de los temas de interés del arquitecto, que hizo en este campo propuestas de gran radicalismo, como la obra que nos ocupa. El modelo que desarrolla esta vivienda se basa en proporcionar un tipo de residencia que atienda cumplidamente diferentes necesidades: habitabilidad, servicios comunes, tiendas de primera necesidad,... Se tiene también en cuenta la necesidad de relaciones sociales; para eso se proyectó la terraza en la azotea con piscina y otras instalaciones.



stamos ante una obra de la etapa final del artista. Tras la 2ª Guerra Mundial hay un sentimiento de inseguridad en el futuro y de necesidad de reconstrucción, y Le Corbusier capta el nuevo espíritu en “El Modulor”, estudio sobre proporciones de base humana, dinámicas y que facilitaban las tareas de normalización e industrialización, por lo que fueron rápidamente adoptadas. Un nuevo estilo con un uso original del hormigón, un nuevo estilo más escultórico y agresivo que podemos observar en esta obra con sus pesados elementos de hormigón a la vista, y en las de Nantes-Rezé (1952-1957), Berlín (1957) y Briey- en –Fôret (1955-1956), ciudades jardín verticales de gran ligereza.

Le Corbusier estuvo siempre en la primera línea de la vanguardia. Su antigua definición de la arquitectura como: “el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz” demuestra que deseaba superar el estrecho funcionalismo de algunos de sus contemporáneos, haciendo con sus edificios obras emocionantes de valores artísticos perdurables.
Hoy, aunque algunas de sus obras han envejecido, sobreviven elementos de su arquitectura que supusieron factores innovadores y abrieron camino a la ejecución de posibilidades antes impensables. Y son estas novedades las que justifican su condición de gran artista de nuestro siglo.



Cada piso contiene 58 apartamentos en dúplex accesibles desde un gran corredor interno cada tres plantas; algunos apartamentos ocupan la planta del corredor y la inferior, otros la del corredor y la superior.
Unidad de Habitación de Marsella
Unidad de Habitación de Marsella

Unidad de Habitación de Marsella


martes, 19 de abril de 2011

Ville Savoye LeCorbusier



Introducción

La contribución de Charles-Edouard Jeanneret, llamado Le Corbusier (1887-1965) al racionalismo, estriba en su relación con la vanguardia (es el creador, junto con Ozenfant, del Purismo, con el manifiesto Après le Cubisme, redactado en 1918), en el planteamiento del tema del estándar, que responde a motivos de eficacia, de precisión, orden y, por tanto, de belleza, y en su formulación de la vivienda mínima: "Es necesario actuar contra la vivienda antigua, que empleaba mal el espacio. Hace falta considerar la vivienda como una máquina para habitar o como un objeto útil". En 1926 formula sus famosos "cinco puntos para una nueva arquitectura" que reflejan la exigencia de codificar el propio lenguaje.
Son:

1. La casa sobre pilotis para que el suelo quede libre como un jardín
2. El techo-jardín para que, en lugar de cubiertas inclinadas, las terrazas sean otro jardín más.
3. El plano libre, no rígidamente distribuido por tabiques fijos.
4. La ventana continua, desarrollada en horizontal
5. La fachada libre, es decir, independiente de la estructura portante

Posteriormente formuló tres nuevos principios teórico-prácticos:

1. El Modulor, especie de módulo constructivo, medida universal y armónica, aplicable a la arquitectura y a la mecánica, que parte de las dimensiones de la figura humana (medida de pie y con el brazo levantado) y de sus relaciones con el espacio del ambiente doméstico y urbano
2. La Grille Ciam (1947-49), o sea, la creación de un esquema geométrico, para la realización de planes de ordenación urbana
3. La Synthèse des arts majeurs, o sea la voluntad de reunificar las tres artes plásticas (pintura, escultura, arquitectura), a partir del proyecto con la intervención directa de los diversos artistas directamente en la obra

Gracias a la tecnología moderna y al hormigón armado es posible sostener una construcción mediante pilares muy delgados, realizar una cubierta plana capaz de soportar el peso de la nieve, disponer una planta libre de gruesos muros estructurales, abrir ventanas de la longitud deseada, puesto que el muro de la fachada ya no es portante, sino que apoya en voladizos de los forjados; este último principio constructivo permite disponer de una fachada completamente libre de elementos verticales de soporte.

En la Carta de Atenas que, redactada por él, expresa los resultados del Congreso CIAM, de 1933, y que puede considerarse como un verdadero código de la orientación arquitectónica y urbanística del racionalismo, insistía en las cuatro funciones de la urbanística: habitar, trabajar, desplazarse, educarse.

La villa Savoye, uno de los puntales del racionalismo arquitectónico europeo, "es un paralelepípedo blanco suspendido en el aire por unos ágiles pilares, y apoyado en un cuerpo más pequeño que él, oscuro y casi hueco a causa del efecto de las cristaleras. El cuerpo superior está aligerado por las ventanas continuas que lo dividen en franjas paralelas desiguales pero proporcionales" (G.C. Argan, ob. cit., pág. 468). Se trata de una obra en que Le Corbusier aplica íntegramente sus cinco puntos.

"Morfológicamente, la planta de la casa surge de una malla cuadrada de pilotis distanciados 4,75 metros; deriva dimensionalmente del radio de giro de un automóvil que, penetrando en la malla, gira introduciéndose en el espacio destinado a garaje. Por tanto, nos encontramos en presencia de dos motivos, por así decirlo, arquetípicos de Le Corbusier: el caracol y el cuadrado, que aparecen en el fondo de otras muchas de sus obras. En la zona de planta baja, que tiene una pared curva, hay un garaje, y existen además unas habitaciones para el servicio y un vestíbulo, del que parten una escalera y una rampa, dispuesta ésta a lo largo del eje de la planta y que representa la columna vertebral de toda la construcción. La vivienda se sitúa en tres de los lados del piso superior, constando de un gran salón y de tres dormitorios con servicios, y el cuarto lado, que comprende desde la fachada hasta la espina central de la rampa, está ocupado por una gran terraza, a la que corresponde un vacío en el forjado de la planta superior. Refiriéndose a esta terraza, Le Corbusier afirma: 'el verdadero jardín de la casa no estará en el suelo, sino elevado tres metros y medio: éste será el jardín colgante, donde la tierra es seca y sana, y desde donde podrá contemplarse todo el paisaje, mucho mejor que desde abajo'. Desde esta terraza-jardín, y siguiendo la rampa, se accede al plano de cubierta de la casa, en donde se encuentran los cuerpos curvilíneos del solarium y de la caja de la escalera; hay dos vacíos que corresponden, respectivamente, a la terraza ya descrita y a otra más pequeña que existe también en el piso inferior, al lado de la cocina, y está además el final de la rampa central." (De Fusco, ob. cit. pág. 337-338)

"El plano moderno de la construcción en acero u hormigón, es decir postes aislados y tabiques a discreción, es ahora un plano libre. Ya no se trata de muros que se cruzan en ángulo recto, formando piezas cuadradas que una puerta cierra y una ventana abre. Ahora, el local es como un continente que puede ser tabicado y eso ya no da lugar a la pieza que se llama sala de estar, comedor, etc., sino que da complejos de forma. En esas condiciones, por economía, gracias a una ubicación precisa, a una ubicación hábil de los tabiques, de las circulaciones y de las puertas, gracias a la altura de las piezas y al color, se puede aportar una variedad extraordinaria y superar obstáculos impuestos por la biología de nuestra concepción." [Le Corbusier]

"Le Corbusier puso la casa en la hierba como quien deja un objeto, sin estropear nada"; y la proyectó como una serie de niveles paralelos al suelo para dar, desde el exterior, la sensación de un volumen vacío y articulado. Puesto que la vivienda está en el piso superior, el jardín está a su nivel, suspendido a tres metros y medio del suelo. La cobertura del edificio se utiliza como solarium, con paredes de protección curvadas sobre las cuales la luz tiene modulaciones de claroscuro." (G.C. Argan, ob. cit., pág 468)

La aparente sensación de sencillez y esquematismo desaparece al observar que las cuatro fachadas no son todas iguales, que los elementos que coronan el edificio tienen una situación asimétrica, que cada perspectiva de las fachadas es diferente de las otras, que la fachada correspondiente a la terraza-jardín es similar a las restantes, lo que va claramente en contra del principio funcionalista de que el exterior debe reflejar fielmente el interior.

Ficha técnica

Ville Savoye:

Propietarios: Pierre y Emilie Savoye.

Arquitectos: Le Corbusier (41) y Pierre Jeanneret (32).

Lugar: Poissy (25 km. al oeste de París).

Años de construcción: 1928 – 1931.

Sistema constructivo: Estructura de pilares y vigas en hormigón armado vaciado sobre trama cuadrada de módulos de 4.75 x 4.75 mts;

albañilería de bloques de mortero de 16 cm. y ladrillo de 5 cm. en muros y antepechos; y cerramientos acristalados en bastidores de madera y

marco de acero (posteriormente reemplazados por aluminio).

Programa: Residencia fin de semana.

Superficies: Terreno 7 há (original); 1 há (actualidad); edificio principal: 408 m2; casa del jardinero: 40 m2.

Costos de 1931: Fr. 900.000.-